Ingredientes:
- 8 cucharadas de copos de avena
- 4 cucharadas de harina de arroz
- 4 cucharadas de pipas de calabaza
- 2 cucharadas de semillas de sésamo crudas
- 1 tomate pelado
- Un trocito de pimiento rojo
- 1 cebolla
- 1 cucharadita de pimienta de Jamaica
- 2 cucharaditas de cebolla granulada
- 1 cucharadita de ajo granulado
- vino blanco
- pimienta negra
- aceite de oliva
- sal
- una cucharada de harina de trigo
Procedimiento:
La noche anterior ponemos en remojo las pipas de calabaza y las semillas de sésamo. A la mañana siguiente las escurrimos y las hacemos puré con la batidora, añadiendo agua si es necesario. A este puré se le añade la avena, la harina de arroz y el tomate y el pimiento picados muy finos. Después se condimenta con la pimienta de Jamaica, la cebolla y el ajo granulados y un poco de pimienta negra y sal y se mezcla todo bien.
A continuación se le añade una taza de agua muy caliente, se remueve y se deja reposar dos o tres minutos. Al cabo de este tiempo el agua habrá sido absorbida, y podremos retocar la consistencia de la pasta añadiéndole un poco más de agua si se ha quedado muy dura o un poco más de avena si está muy blanda (la consistencia ideal es la de una masa blandita, pero moldeable). Dejamos que se enfríe un poco para no quemarnos y mojándonos las manos vamos formando bolitas con la masa que después freiremos hasta que estén doraditas.
Para la salsa, picamos una cebolla en juliana y la ponemos en una cazuela con un chorro de aceite de oliva, sal y pimienta negra a fuego medio. Cuando esté ya un poco frita añadimos un chorrito de vino blanco y lo dejamos unos cinco minutos. Después añadimos las albóndigas a la cazuela, agregamos una taza de agua, tapamos la cazuela y dejamos que hierva a fuego lento durante 15 minutos. El plato estará listo cuando las albóndigas hayan absorbido la mayor parte del líquido (no hay que dejar la cazuela mucho tiempo desatendida, porque si se acaba todo el agua la receta se quemará).
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